Lección de vida

Con el permiso de Lupita, compañera y amiga de trabajo,
un testimonio personal que me parece interesante para compartir…

El lunes 03 de agosto salí a hacer algunas diligencias que no eran tan necesarias pero no quería estar en mi casa y me vine a Metrocentro, con los ánimos por el suelo; pensando en estupideces: que la gordura, las arrugas, la vejez y cuanta tontería lanzaba el demonio a mi cabeza. Me baje del bus con todo el tiempo y tranquilidad del mundo.

En la parada del Hospital General, deje pasar varios buses sin ánimos de subirme y pensé en cruzarme la calle para ir de regreso a mi casa a dormir. De pronto asomo un señor con la mirada triste y un poco sucio al que vi como a cualquier persona y después él estaba conversando con un niño muy bonito como de 10 años y hablaban con gran tranquilidad sobre la ruta que los dejaba mas cerca de donde iban. Y cuando comencé a revisarlos con la vista… el niño usaba un jeans que casi le daba vuelta a su cintura (ay no!! mi gordura), con sus deditos  salidos de una sandalias como las que mi hijo usa solo para bañarse.. upsss!!!

Le dije al señor: -ese niño se parece mucho a usted!!! Y yo había observado que el señor no andada calcetines pero el color de la piel era demasiado pálida en comparación a su cara. Y cuando se dirigió a mi para contestarme… ¡!! Estaba un gran repostazo para la sarta de tonterías que venia pensando.

El señor, tiene un mano cortada arriba del codo, la otra la tiene completa pero la parte de la muñeca es un hueso cubierto de piel únicamente, e inmóvil. Me contó que trabajaba haciendo soldaduras y que en un descuido lo “aventó” la electricidad y que le amputaron la mano y los dos pies; tiene dos prótesis para caminar. No sabia que decirle!!! Lo demás que hice no lo puedo contar… me subí al bus y la gente creyó que me había asaltado… como era posible que alguien con ese tipo de limitaciones estaba sosteniendo una conversación tan apacible con su hijo, sin ofrecerle un gran futuro, sin unos brazos fuertes para abrazarlo, sin unos pies para correr y jugar con él.

No puede ser!!! Simplemente me sentí como una chinche; al no darme cuenta de las inmensas bendiciones que Dios me da a cada instante. Que tengo un trabajo para darle de comer a mis hijos, que veo, siento, camino, abrazo, respiro y no terminaría de enumerar las grandes cosas que Dios hace por mi en cada micra de segundo. Me sentí tan injusta en pensar trivialidades que únicamente eran parte de vanidad endemoniada.

Fue una gran lección y espero poder tomar lo positivo de ese encuentro con un total desconocido hasta ese momento. De la misma manera en que Dios pone gente para comunicarse con nosotros, de la misma manera lo hace para que compartamos nuestras bendiciones. Siempre he dicho que es una verdadera pérdida de tiempo las instituciones “altruistas”. Se puede hacer grandes obras con la gente que EL Señor no pone en nuestra vida. Creo que no debemos desaprovechar las oportunidades.

Cuando regrese a mi casa… mi hijo estaba enfermo.

Mil bendiciones

 

Hay diferentes formas en que Dios (o esa fuerza que habita en todos nosotros y el universo entero) te llama y trata de hacerte reaccionar. No lo digo solo por lo que me pasó con una rama hace días, sino xq mientras nos quejamos de la crisis, de la falta de fe, de amores perdidos, de familias desintegradas y tantas cosas no nos damos cuenta que hay gente en condiciones relativamente ‘peores’ mas aun conservan una sonrisa en sus rostros.

En fin, no se trata de aquello de ‘mal de unos consuelo de otros’ sino de salir adelante con lo que se puede y se tiene y dejar de echarle la culpa al mundo, de hacernos las víctimas y tirar para adelante.

Bendiciones.