Era un típico día de pago, viernes, a la hora pico. Eduardo sale de su trabajo a las 5 en punto. Debía ir a su casa con el dinero de la quincena no sin antes llevar las compras del súper para la semana… pero no! Eduardo se une a su grupo de cheros para ir por unas heladas al barcito de siempre, allá por la zona real. El ambiente estaba chévere, sonaba ‘Playa Girón’ en un homenaje a Silvio.
La mesa se fue llenando de baldes y boquitas varias. Eduardo prefiere un cigarro, si come algo, puede tener problemas de digestión… pero ya se hacia tarde y ninguno de sus cheros bajaría a Cusca por lo que sale a tomar el bus. En la parada del centro comercial, por ese gran reloj, esperaba una chava con un pantalón blanco y ajustado que permitía degustar lo pequeño y azul de su ropa interior, blusa strapless con un escote estupendo, bolso y zapatos que combinaban con la blusa celeste. Pelo negro alisado, como de 1.50 m, senos grandecitos, bonito trasero, un lunar cafecito en uno de sus rosados y brillantes labios… Simpática a la vista, apetecible a su libido.
Eduardo, con sus copas de más, se sintió con suerte: “Hola, ya es tarde verdad?” –le dijo-, “así es y este bus que no viene” –le respondieron-. Él pregunta, ella responde. Gran charla de desconocidos… y de nuevo, cambio de planes: ya no tomaría la ‘2-C’ para Mejicanos sino que la ‘44’ para Ayutuxtepeque, con su nueva amiga. Ella sonreía coqueta ante los piropos de él -porq si para algo es bueno es para cuentearse a las chavas-. Llega la coaster, viene a reventar. Eduardo, muy caballeroso, le paga el pasaje a su amiga y para protegerla se queda detrás de ella por aquellos ‘abusivos’ que nunca faltan.
Ella, por lo lleno del transporte, decide acomodarse para tomar a Eduardo de la cintura. Este, ni lento ni perezoso, se topa más a ella y también la abraza. Él jugaba con el pelo de la chava, le decía cositas al oído, le respiraba suavecito en el cuello y a ella no parecía importarle. Al llegar a la Zacamil se hace un nudo para salir. Todos empujan y quieren bajar al mismo tiempo. Una parejita se acomoda detrás de Eduardo y su amiga, no pasan ni dejan pasar. Eduardo aprovecha para arrimarse a su amiga y cuidarla de cualquier cosa. De repente, ella se despide de la parejita que los apretaba: ‘ya llego por ahí’ les dijo. Eduardo recuerda que estaban juntos en la parada de buses.
Ellos bajaron y ella se alista para salir. Eduardo se ofrece a acompañarla pero ella dice que ya la esperan, que en otra ocasión será. Ella lo remata girándose y colocándose delante de él, con un descaro total. Ella baja, Eduardo continua un par de cuadras más. Se baja con una sonrisa enorme. Todo un macho, eso tigre! todo un pavo real haciendo gala de lo seductor que es. Espera la ‘ruta 31’ para bajar a Mejicanos, luego espera la ‘ruta 20’. Por la hora, solo pasaba la ‘6’ y la ‘2-A’, si acaso, según Eduardo, una ‘ruta 2-O’ [WTF?] que no quiso abordar. Ni modo, a tomar un taxi. Eduardo busca un billete de $5 para pagar…
Sorpresa, la billetera no está. Hace memoria, si la traía del bar xq puso $10 por lo consumido y luego se la guardo. “Mierda!” –pensó-, La billetera debió bajarse en la Zacamil con aquella parejita. Si con razón la maje más se le topaba. Sin pisto, lejos de su casa, sin las compras de la semana, con su mujer preocupada, sus hijos con hambre esperando para comprar unas pupusas, bolo… pero contento.
“almenos le pequé una gran topada” –pensaba- “por algo la muy puta no me quiso dar el nombre” –concluyó-
Ahora a caminar… y que no le digan nada en casa porque los va a verguiar.
Dinero maldito.
[Machismo, excusas tontas para tomar, cultura alcohólica. No es justo que genere maltrato familiar por un par de tragos de más. El alcoholismo es un problema médico social, gastos innecesarios. Hay demasiada tolerancia al consumo excesivo del alcohol –y todos sus problemas derivados-. Debería existir una Política Nacional que incluya a todos los sectores de la Sociedad Nacional y poner sanciones severas]