Por un pelito!

Es gracioso, al menos en este momento que me bajo la adrenalina…

Por razones de malas inversiones y tiempos de crisis, no tenia suficiente efectivo para comer ‘decentemente’, así que decidí salir a comprar unos panes, de los que venden cerca de mi oficina. Casi llovía, por lo que aceleré el paso. Tuve que esperar pues, como yo, habían muchos haciendo cola para que ‘el chele’ nos despachara pero en fin, me dio mis pancitos con chile para matar el hambre mientras llegaba a casa.

Como no aguantaba las ganas, en el camino me devoré un pancito… rico! Al llegar al edificio de mi oficina estaban saliendo un par de señoritas, a quienes saludé; una de ellas me sonrió y me dio pena pues de repente imaginé que andaba salsa ketchup en la cara y para rematar, noté como puso su mirada en la bolsa blanca plástica en la que llevaba mi sacrosanto almuerzo…

Creí que me sonrojaría pero al fin de cuentas no es pecado o delito alguno el consumo de estos alimentos (que por cierto tienen mala fama de ser ‘panes chucos’ o ‘mataniños’ jajaja).

El punto es que, después de este episodio, seguí caminando en el parqueo interno del edificio, estaba solo, casi todos/as habían salido. Entonces una chispa de vanidad me cubrió y empecé a verme en los vidrios azules de la fachada del edificio para ver como me quedaba la nueva camisa y de pronto…

¡ZAZ!!! que veo por el reflejo del vidrio como un auto se me venia encima!!!!!!!!!!!

Solo recuerdo que por instinto mis piernas se detuvieron pero mi cuerpo siguió por inercia hacia adelante. Se detuvo el carro, ‘ya me vio’ pensé. Error. Justo cuando estaba a punto de dar un paso atrás que arranca de nuevo y ahí si que pasó el baúl del carro frente a mi, yo en mi punto de no retorno, que pongo mis manos en la carrocería y trato de levantar los pies para evitar que la llanta me pasara encima!

Al fondo, solo escuche el silbido de uno de los vigilantes tratando de advertir mi presencia, yo no me lo creía y de la impresión que me quedo mudo y no dije nada… hasta que se detuvo por completo de un frenazo en seco. Me puse a reír, me piden disculpas por que no me habían visto, Respondí ‘OK, debe ser por el hambre!’ y proseguí hasta llegar a la cafetería del lugar.

Entré con la mente en blanco, no pensaba, solo caminaba, hasta que una señora que había observado el cuasi accidente, me dice, ‘Casi se lo levanta ese muchacho verdad, mire que de aquí bien vi que el no lo había visto, yo iba a ser su testigo’…

Tan linda, me dio risa por que me imaginé que hubiera pasado si en realidad me golpeaba y que pena que en el propio parqueo, así sin gracia, me hubiese pasado.

Almenos tuve una historia que contarle. Cuídense Mucho!