Lunes negro. Hasta para ponerle referencia nos lucimos. A varios días de ese lunes que el que el pánico nos arrebató la paz tras un chambre superlativizado por diferentes medios de comunicación, y el mismo miedo de la gente, aún se sigue comentando lo que cada uno pensó que pasaría. Almenos en mi oficina.
Me di cuenta de ese relajo casi a las 4 pm. Yo había recibido un correo donde decía que la ‘ofensiva de las maras’ sería el lunes anterior, obviamente no paso nada en ninguno de los 2 lunes. Entre tantos comentarios surgió el grito desesperado ‘Sombra Negra… vení!’ y al principio lo tomé como un juego mas cuando empezó a circular cierto correo con un ‘Mensaje de La Sombra Negra’… juela! me alarmé.
Y no es que no sienta necesidad de buscar alguna forma de terminar con este problema social sino que, yo creo, que hay de formas a formas para alcanzar ese objetivo. No creo que invocando los poderes de un grupo paramilitar –similar a escuadrones que en otras épocas eliminaba otro tipo de ‘plagas’- podamos resolver algo y por el contrario fomentamos el caos y al final cada uno hará lo que crea correcto y como crea correcto. Mi abuelita siempre recuerda a Martínez y aquellos tiempos y no por eso espera que resucite y venga a redimirnos.
El fin no justifica los medios. No quiero salir de mi casa a pasear con mi Gabo y encontrarme algún tipo torturado, con sus pulgares atados y ejecutado con un tiro de gracia. No se me hace gracioso, por muy hijo de puta que haya sido.
Hace muchos años, en su primer intervención en la vida social salvadoreña, la Sombra Negra ahuyentó a los mareros que se estaban organizando en el cantón donde vivía. Mató a muchos de sus cabecillas y el resto lo pensó mucho y por mucho tiempo antes de atreverse a querer ‘rifar’ la MS en público.
Eficiente? no creo. Ahora los majes están más decididos y apenas vean algo ‘raro’ no lo pensarán 2 veces antes de devolver un tiro. Dudo mucho que estos escuadrones sean ‘la mera mata donde se rasca el tigre’ o lo que el pueblo necesita para su salvación y desarrollo personal. Si ya imagino que después de mareros comenzarán a caer los que te caen mal si tenés suficiente billete para pagar su ejecución.
A veces quisiera sentirme con gran fortaleza y ser tipo Bruce Willis y combatir el mal sin que se me acaben las balas; no quiero esperar a ser como The Punisher y buscar venganza después de perder lo que más quiero. No quiero ser un héroe muerto y que mi hijo sea un huérfano más...
Tengo miedo, si, pero no quiero imaginar hasta donde llegará esta bola de nieve si no le ponemos fin o almenos pensemos bien lo que estamos pidiendo.
¿y ustedes que pensaron? ¿salieron corriendo o se hicieron los fuertes?
El miedo nos lleva al lado oscuro de la fuerza… imagínense entonces con tremenda histeria colectiva!
Diocuarde.